¿Cómo es el #FutbolFemenino en la otra punta del mundo? (parte II)
- Katherine Sheppard
- 20 abr 2020
- 10 Min. de lectura

Hace una semana he publicado la primera parte de esta serie de artículos donde hablo sobre cómo es el fútbol femenino en otros países a través del testimonio de jugadoras que lo viven en primera persona.
Esta semana hablamos sobre jugadoras que compiten en la élite de España, Chipre, México y Colombia.

Oriana Altuve
Juega en el Rayo Vallecano, perteneciente a la Primera Iberdrola, máxima competición española.
Es su segunda temporada jugando para el equipo madrileño.
Equipos anteriores: Gulima, UCV, Caracas F.C. (Venezuela), Colón (Uruguay), Santa Fe (Colombia).
A su parecer, el nivel competitivo es muy alto "ya que cada fin de semana es una batalla".
Lo que más le gusta de la Primera Iberdrola es "el nivel de exigencia".
Cree que una cosa que podría mejorar en la liga es "sentir más apoyo". Actualmente existe un poco de disparidad entre los clubes de la liga basada en los recursos económicos con los que cuenta cada uno.
El jugar en la élite española la ha hecho mejorar como jugadora "en el aspecto defensivo y variantes tácticas". El Rayo Vallecano, un equipo de mitad de tabla pero con gran ética de trabajo en cada partido, le ha enseñado a sacrificarse por el grupo y ayudar en tareas defensivas en la misma manera en la que desempeña sus tareas ofensivas como delantera. En lo personal se considera una persona "más abierta de mente".
La liga española se caracteriza por combinar técnica con garra e intensidad. Al compararla con la colombiana, por ejemplo, Ori dice que allí "se jugaba mucho teniendo el balón y además hay mucho apoyo de la fanaticada, mientras que en la liga española hay un poco más de exigencia".
Durante los partidos se siente apoyada pero, a pesar de ser fieles, son pocos los fanáticos del equipo. Para ella sigue siendo poca la gente que se acerca a animarles y que se debería promocionar un poco más.
Para mejorar la liga cree que se deberían jugar "más partidos en los estadios del primer equipo masculino, que haya más apoyo, y que se televisen más juegos" para tener un mayor alcance.
Su rutina consiste en ir al gimnasio en la mañana, pasar tiempo con sus compañeras de equipo, entrenar en las noches y descansar.
Actualmente compagina su carrera como futbolista con un curso de entrenadora.
Oriana ha sido una parte importante de la selección nacional de Venezuela en todas sus categorías desde el 2008.

Andrea Tovar
Juega en el Pyrgos Limassol F.C., 1ra división de Chipre.
Esta fue su primera temporada en el equipo y en la liga chipriota.
Equipos anteriores: UCAB Spirit, Caracas F.C., Deportivo La Guaira (Venezuela), São José EC (Brasil), Alianza Petrolera (Colombia), Deportivo Alavés (España).
Le parece que el nivel competitivo de la liga es un poco bajo. "Hay una diferencia de nivel muy marcada entre unos equipos y otros", ya que los primeros dos equipos son bastante más potentes que los demás. Antes del parón obligatorio por el COVID-19, la liga se encontraba en la fase final, donde el Apollon Limassol ya era campeón matemático seguido por el equipo de Andrea en segundo lugar.
Según Andrea, el estilo de juego de la mayoría de los equipos en la liga tiende a ser más defensivo y directo, pero tanto su equipo como el Apollon Limassol demuestran su nivel a través de un juego de posesión y toque, más ofensivo.
Lo que más le ha gustado es el nuevo desafío, "el compartir con jugadoras de otras culturas y con un estilo diferente de juego".
Al preguntarle qué podría mejorar en la liga, se enfoca en el nivel competitivo. "Se podría lograr si los equipos hacen un mayor esfuerzo para hacer que sea más profesional, no sólo a nivel económico sino también a nivel de mentalidad y de trato a jugadoras".
Esta liga ha ayudado a Andrea a aprender y mejorar como jugadora y como persona. "Como jugadora he aprendido que el profesionalismo no es solo recibir un pago, que tenemos que pensar primero como profesionales para poder crecer, que nos tenemos que esforzar individualmente primero para poder darle el máximo al equipo, y que el trabajo individual también es importante. Como persona me ha ayudado a encontrarme, a relacionarme con personas de culturas muy diferentes y aprender de ellas".
Al comparar la 1ra división de Chipre con otras ligas en las que ha jugado, comenta que sólo podría compararla con la liga en Venezuela porque tienen en común la diferencia de nivel entre unos equipos y otros. Sin embargo, "es muy diferente en los demás aspectos. Aquí está faltando todavía apoyo para que crezca más y se acerque a los niveles de ligas de otros países".
El ambiente durante los partidos es bueno, pero hace énfasis en la falta de apoyo por parte de medios de comunicación, patrocinadores, entre otros. "La afición suele consistir en familiares y amigos de jugadoras, no tiene mucho apoyo de otras personas".
Algunas ideas que cree que pueden contribuir al desarrollo del fútbol femenino en Chipre incluyen, principalmente, el apoyo de patrocinadores y grandes empresas. "Creo que es necesario para que los equipos puedan invertir en jugadoras, lo cual haría que el nivel de la liga mejorara, y también atraería a más atención y marketing".
Su rutina consiste en entrenar en casa o en el gimnasio en las mañanas o tardes, dependiendo del horario de entrenamiento con el equipo. En su tiempo libre aprende y refuerza otros idiomas, escuchar música, ver películas o series, y descansar.
Andrea ha sido jugadora de La Vinotinto en las categorías sub20 y senior y jugado varias Copas Libertadores a nivel de club.

Blair Lane
Juega en el Club Pachuca perteneciente a la Liga MX Femenil, élite del fútbol femenino mexicano.
Ha formado parte del equipo 'tuzo' por casi un año.
Equipos anteriores: antes de dar el salto al fútbol profesional, Blair jugó becada en Prairie View A&M University, en la máxima división de deporte universitario de Estados Unidos.
Siente que el nivel es bueno, pero podría mejorar. En cuanto al estilo de juego, enfatizan la posesión pero al mismo tiempo las jugadoras tienden a conservar más el balón y ser más individualistas, especialmente en el último tercio del campo. "En vez de ser un juego de a 1-2 toques, se dan 3-4 toques antes de pasar el balón", haciendo que el ritmo sea más lento, "y la mayoría de las ocasiones de gol se generan de incursiones individuales y centros al área". Lo contrasta con el fútbol en Estados Unidos, donde además de ser más rápido, físico y directo, tiene un ritmo más intenso y "hay más ocasiones de gol generadas de tiros desde fuera del área".
Lo que más le gusta son los fans. "Hay algunos equipos que tienen una base de fanáticos bastante buena". Se puede ver evidencia de esto especialmente en los partidos del América, Tigres y Monterrey, donde ha habido ocasiones en las que han alcanzado hasta 17.000 aficionados.
Cree que para mejorar la liga se debería comenzar por obtener más patrocinadores y promover el fútbol femenino en general.
El estar lejos de casa le ha hecho crecer y madurar como persona y el estar en México le ha dado la oportunidad de aprender a hablar español. Por otro lado, el acostumbrarse a jugar otro estilo de fútbol la ha ayudado a desarrollarse como futbolista.
Entre sus ideas para mejorar el fútbol profesional en México menciona que necesita más inversión, especialmente económica. "Por ejemplo, los salarios son terribles, hacía más dinero un fin de semana jugando en una liga informal en Houston (Texas) que lo que gano en un mes como futbolista profesional". Parte del 'salario' de Blair consiste en cubrir sus estudios universitarios.
Su rutina como futbolista consiste en madrugar para entrenar temprano, sesiones de recuperación, gimnasio y descanso.
Además de jugar al fútbol, Blair estudia psicología y cumple labores de entrenadora cuando puede. Aspira a estudiar una segunda carrera en business y a jugar profesionalmente en los Estados Unidos.
Blair es americana de nacimiento con familia de origen mexicano. Su meta es jugar para el Houston Dash, equipo profesional de Texas.

Lisol Castillo
Juega en el Club Atlético Bucaramanga, de la Liga Águila Femenina de Colombia.
Lleva las últimas 2 temporadas jugando en la liga cafetera.
Equipos anteriores: Deportivo Anzoátegui y Estudiantes de Guárico (Venezuela).
Describe el nivel de la liga colombiana como bueno. Cada vez es más alto porque las jugadoras "se exigen el triple para hacerlo mejor y estar en el equipo titular".
El estilo de juego es más lento y pausado, "se cobran más faltas y se pierde más tiempo y se juega bastante al error del rival". Al mismo tiempo es "muy colectivo", predomina la posesión ya que cuenta con jugadoras muy buenas técnicamente, con explosión y agilidad.
Lo que más le gusta de la liga es el apoyo de la gente en las gradas y (dice entre risas) que si se marca un hat-trick te llevas el balón.
Para que la liga mejore "debe ser una competición más larga y que la Dimayor (entidad que rige el fútbol profesional colombiano en general) apoye más a la liga femenina". La liga femenina sólo dura medio año, lo cual obliga a futbolistas a parar o a conseguir otro equipo donde competir para lograr mantenerse activas durante un año completo.
Jugar en la élite del balompié femenino colombiano le ha hecho mejorar como jugadora. "Ahora tengo más confianza en lo que hago, soy más disciplinada, más agradecida y sobretodo más sociable". En lo personal el estar lejos de su familia le ha hecho ser "más consciente de saber que hay tiempo para todo y ser más humana".
Al compararla con la liga venezolana, se enfoca más la profesionalidad y el trato. En Colombia se viaja 1 o 2 días antes del partido y "el trato del club te hace sentir como en casa", a diferencia de Venezuela donde muchos equipos viajan el mismo día del partido "llegando 1 hora antes o incluso sobre la hora" y clubes, aunque fuesen de renombre, "no tienen los recursos para darte el trato que mereces como jugadora".
Sobre el ambiente durante los partidos, "es algo que te motiva y te hace dar lo máximo, es lindo sentir ese apoyo que viene de las gradas". Un ejemplo de esto es la final de la temporada 2019 donde 28.263 personas presenciaron la consagración del América de Cali como campeón. En el 2017, el récord de asistencia se estableció (33.327) durante la final que terminó declarando al Santa Fe como el primer campeón de la liga profesional femenina.
Lisol nos da 2 ideas para desarrollar el fútbol femenino profesional en Colombia. En primer lugar, el contar con una 1ra y 2da división con ascenso y descenso, lo cual mejoraría el nivel competitivo aún más. En segundo lugar, la "unión entre jugadoras" y contar con más uniformidad en cuanto al formato de la liga y cumplimiento de normas.
Su rutina consiste en mantener el contacto con su familia, estar consus compañeras de equipo y entrenar. Se dedica al fútbol al 100%.
Lisol ha formado parte de la selección nacional de Venezuela, participando en competiciones como la Copa América del 2018.
Observaciones
La primera observación es la gran diferencia de nivel en equipos de una misma liga, como sucede en Chipre. ¿Cómo atraer a gente hacia el fútbol femenino si no es atractivo? Cada equipo, liga y federación debe trabajar para alcanzar cierto nivel de uniformidad donde se vean partidos competitivos cada jornada. Como consecuencia, subirá el nivel de la liga y será más fácil atraer a aficionados, patrocinadores, etc.
¿Cómo logramos esto? Creo que una de las principales maneras es fomentando el fútbol base: más niñas jugando al fútbol desde pequeñas y manteniéndose involucradas al crecer, equivale a más mujeres jugando y nutriendo a los equipos de talento. A pesar de ser un país pequeño (aproximadamente un millón de habitantes), Chipre tiene el potencial de involucrar a más niñas en el deporte. Según UEFA, en el 2012 había casi 1.200 jugadoras registradas, 280 de ellas juveniles, mientras que en el 2017 el número se redujo a 1.000 jugadoras registradas pero aumentó a 766 juveniles. Además, hacer el deporte accesible a chicas en todo el país es clave: la mayoría de los clubes y academias de fútbol se encuentran en Nicosia y Limassol, las principales ciudades del país con una población de aproximadamente 350.000 habitantes.
En segundo lugar, ¿por qué hay equipos que logran atraer a miles de aficionados a sus partidos en casa mientras que hay otros, en la misma liga, que no lo logran? La Liga MX Femenil es un buen ejemplo de esto. Blair jugó la mayoría de sus partidos con al menos mil personas en las gradas cada jornada ya que su equipo es uno de los más reconocidos de la liga. Sin embargo, datos de asistencia del Apertura 2019 indican que, en la misma jornada, se pudieron ver equipos como el Veracruz con sólo un centenar de espectadores y Tigres, por otro lado, con 12.000 aficionados en el estadio.
La diferencia de un equipo a otro, jornada tras jornada, es bastante significativa, pero la razón puede que no sea tan obvia. A pesar de ser los 3 clubes con peor asistencia durante el Apertura 2019 y situarse en la parte media-baja de la tabla (Veracruz, Querétaro y Puebla) acumulan una media de 13.700 seguidores en sus cuentas de Twitter, lo cual indica que tienen audiencia digital. Sin embargo el contenido se limita a fotos y en algunas ocasiones GIFS o memes, y el nivel de engagement es bastante regular.
Al compararlo con equipos como Tigres (casi 107.000 seguidores) y Monterrey (63.300 seguidores) se puede ver, además de la cantidad de seguidores, bastante más engagement y buen contenido audiovisual. Esto nos indica que existen clubes que pueden sacar más provecho de sus redes sociales y convertir followers en espectadores a través de contenido más atractivo, que acerque a las personas al equipo.
Por último, la duración de ligas como la Liga Águila Femenina. ¿Es mejor tener una liga profesional que dure medio año o una liga menos profesional que dure un año completo? Es una pregunta que muchos hacen cuando se les presenta el caso de la liga colombiana. Incluso habrá jugadoras que prefieran lo primero y completar el año en otras ligas de igual o mejor calidad. Pero la respuesta es ninguna de las anteriores.
Colombia es un país en donde se puede tener una liga profesional femenina completa. Creo que la raíz del problema está en la actitud que los directivos de equipos y federación tienen en cuanto al fútbol femenino. La duración de la liga no es el único problema, a eso se le suma la incertidumbre y brecha laboral, descritos en un informe de la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales (ACOLFUTPRO).
El fútbol femenino en Colombia tiene muchas cosas buenas, pero los aspectos más importantes son negativos. La falta de organización y de respeto hacia jugadoras demuestra también una falta de interés de parte de los organismos encargados. Es como si lo viesen como una obligación en vez de verlo como lo que en realidad es: un paso adelante esencial para el deporte femenino y para la sociedad. La liga y los equipos necesitan aportar recursos, estructura, seriedad y respeto a su parte femenina, y son perfectamente capaces de hacerlo.
En cuanto a la Liga Iberdrola, hay varios aspectos que podrían mejorarse para que pase de ser una muy buena liga a una excelente liga. El fútbol femenino profesional español se ha desarrollado mucho durante los últimos años, cuenta con una liga con grandes figuras y una estructura bastante estable. Sin embargo, hay más disputas de las que debería entre clubes, federación y sindicatos en cuanto a derechos televisivos, derechos de formación y contratos. Desde luego merecerá la pena dedicar un artículo exclusivamente al análisis de estas cosas.
El progreso del fútbol femenino, sin importar el país, depende del esfuerzo colectivo y simultáneo de asociaciones, federaciones, clubes, directivos y jugadoras que crean de manera genuina en el potencial que tiene y trabajen para ello.
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